jueves, 31 de diciembre de 2020

Vidas que he vivido en 2020

"Cada libro que lees es una vida más que vives"
Compilación de novelas que he leído (sin contar los que he releído)... de los que me acuerdo por lo menos.






Libros leídos> 584 a diciembre de 2020
Promedio por edad> 18
Promedio por edad lectora> 26 (A partir de los 10 años)

1998-2019

Rating:  ❇ ❈ ❅ ❄ ❆ (α λ ι ν α)

Este año leí 123 libros: 61 escritos por 25 autoras y 62 escritos por 59 autores.

Maratón Guadalupe Reinas 2020

1. Una lectura conjunta de Librosb4tipos-Pippi Calzaslargas de Astrid Lindgren


2. Libro favorito de una de tus mejores amigas - Orfeo de Martha Riva Palacio Obón

3. Divulgación científica

4. Ambientado en un mundo en el que te gustaría vivir - Animales fantásticos y dónde encontrarlos de J. K. Rowling


5. Libro sobre labores de cuidado -Su cuerpo dejarán de Alejandra Eme Vázquez.


6. Narrativa gráfica de libre divulgación digital (webcómic) - Cheese in the trap de Soon kki
  


7. Libro que te haga sonreír, reír o carcajearte -Poirot investiga de Agatha Christie


8. De una editorial independiente o autopublicado - Fake empire de GalaMD


9. Libro de una autora de tu región

10. Libro con un personaje fuera de la norma- El misterioso caso de Styles de Agatha Christie (Hercule Poirot)


domingo, 13 de diciembre de 2020

Frases: El mundo iluminado de Ángeles Mastretta

A OJOS CERRADOS 

  • «¿Pobrecilla?», le pregunta la voz invicta de otra condiscípula. «Pobrecillas de nosotras. Ella tuvo todos los novios que quiso, bailó todo lo que se le apeteció, con quien se le apeteció. Dio qué hablar, dio en qué pensar, y mira la belleza de norteño con el que va tener hijos. ¿Lo estás viendo? Está divino, ¿verdad? Pues fíjate que además le va bien en los negocios».
  • Sólo se mueren los que nunca pudieron hacer a otros imaginar la eternidad.
  • Cerrar los ojos y ser hombre. Entender cómo piensan, cómo discurren, cómo desean, por qué desean lo que desean. Temer como los hombres, ver a los hijos como los ven los hombres, escribir como un hombre, necesitar como un hombre, callarse como un hombre. Reconocer lo que siente un hombre cuando suma sus fantasías, cuando se asusta con sus desaciertos, cuando se deja arropar y piensa nuestro nombre. Ser un hombre, estar dentro de un hombre, y sentir lo que sienten cuando están dentro de una.
  • Cerrar un ojo, hacerle un guiño al destino y descifrar la mitad como parece que viene y la otra mitad como queremos que venga.
  • Cerrar los ojos y oír la voz de los gobernantes sin ver sus corbatas, cerrar los oídos y ver el gesto con que acompañan sus palabras, para estar seguros de si tienen buena voluntad cuando han dicho que la tienen. Cerrar los ojos y saber, desde adentro, qué queremos que digan y hagan quienes gobiernan y quienes pretenden hacerlo.
ADELANTOS DE LA PROPIA MUERTE
  • Hay en el afán por las antigüedades y los vejestorios, una búsqueda del mundo inmutable que otros perdieron al morirse. Las cosas y el paisaje no lamentan, no lloran, no parecen perder nada al perdernos.
  • Las manos son quizá lo más vivo que tenemos.
DON DE SOBREVIVENCIA
  • No supe convencerla a tiempo de que el mundo, por insoportable que parezca un día, recobra al siguiente, quién sabe ni cómo, hasta el último de sus encantos.
  • No tenemos derecho al suicidio, porque no importan sólo nuestras desgracias de ahora, sino el esfuerzo que otros hicieron por sortear tragedias mayores. Estamos comprometidos con ellos y con las mil imágenes que ha puesto en el espejo de las hadas este país al cual, para nuestra fortuna, nos ha tocado darle vida por un instante.
PAISAJES ANTES DE LA BATALLA
  • Nada horrible nos turbó, nada nos hizo creer dueños de la luz que palpita en las estrellas. Ni nos tiró la desgracia ni nos arrebató la dicha, sólo cruzó la vida por nuestro lomo y no se llevó con ella ni el sosiego ni la esperanza.
  • Cuántas cosas con las que entibiaremos los recuerdos pasan en los supuestos años flojos. Cuántas cosas sé de cierto que no quiero olvidar.
  • nunca habla de más, por eso aún sigo pensando qué otra cosa habría aparte de lo que dijo.
  • Verónica es mi hermana la chica, pero siempre hizo las cosas más rápido que yo. Y siempre he sentido por ella la admiración que se le tiene a la hermana mayor.
SOÑAR UNA NOVELA
  • No me quejo de todas mis carencias, escribir es un oficio que enmienda casi cualquier mal.
  • ha sido la manera de soñar que estos tiempos tienen remedio, que no son peores que otros, que nuestros hijos tendrán pasiones, futuro y abismos, como los tuvieron nuestros abuelos y los vamos teniendo nosotros.
ESCALERA AL CIELO
  • ¿Cómo salir de un desconsuelo que empieza en el estupor y termina en la rabia? ¿Invocando a quién? ¿Qué recuerdo? ¿Qué futuro? ¿Qué voz?
  • Todo, cualquier torbellino antes que abandonarse. Porque lo que le pasa al mundo algo ha de tener que tratar con nosotros. Y si no es así, si no somos protagonistas de la historia, ni es con nuestros deseos y nuestro afán, nuestros riesgos y nuestros sueños como se consiguen las palabras que todo lo nombran, de cualquier modo hay que vivir como si así fuera.
FAMA O CRONOPIO
  • Sin embargo me gusta Luis Miguel y le agradezco hasta siempre su voz cantando boleros, porque gracias a él puedo viajar en auto con mi hija sin litigios en torno a cuál música debe sonar. Entre lo que para mí es ruido y para ella música pop y lo que para mí es música y para ella tedio, está siempre Luis Miguel como el mejor de los acuerdos. Luis Miguel el famoso, el acosado, el niño con un espacio entre los dientes de en medio como un guiño que lo hace más simpático canta boleros tan bien como Malena cantó tangos y nos pone a ensoñar cada cual en cada una, pero juntas.
  • —A veces es cronopio —le contesto—. Tiene cara de que deja sus recuerdos sueltos por la casa.
DON DE AUDACIA
  • «Ustedes los jóvenes creen que la revolución se hizo con canciones. Pero están muy pendejos, mijita. La revolución se hizo caminando cuarenta kilómetros con gonorrea encima. Se hizo con muertos. Y los muertos apestan y regresan de noche a espantarnos con el recuerdo de sus gritos».
UNA BRIZNA DE INFINITO
  • — [...]tú también te ves bien. Cuídate. / —Eso hago, pero usted tendría que darme la receta. / —Claro te la doy: haz siempre lo que se te pegue tu chingada gana. 
  • Para él cada día era un enigma que encerraba en su paso el placer de resolverlo, y no se hubiera perdido un minuto de su vida porque sabía como pocos cuánto vale cada segundo de luz, aun cuando le hiere la zozobra.
LOS CONVERSADORES
  • Yo vengo de un tiempo humano, cada vez más remoto, en el que conversar era el don, el privilegio y la costumbre más encomiable.
  • Nada tan despreciable para un conversador como un chismoso y, para su desgracia, nada más cercano a la vera del acantilado por el cual caminan.
  • Sólo los besos y sus prolongaciones son tan placenteros para un conversador como las palabras. Tal vez porque los besos están emparentados con las palabras, y el amor puede ser una conversación perfecta.
  • [...] se prenden de un libro o de una película de esas en que no importa lo que pase, con tal de que importe lo que se diga
  • Dice una amiga mía que el amor de nuestra vida siempre es con el que no nos casamos. Yo digo que es porque en lugar de pedir que nos calláramos se fue a otra parte para no oírnos. Siempre es más agradecible. ¿No cree?
  • No se han visto jamás, se conocen mejor uno al otro de lo que los conocen sus parejas, sus hijos, sus padres, su fantasía de sí mismos o su espejo.
EL PERRO DE QUEVEDO
  • Pasada la primera juventud, uno se cree experto en el padecimiento y la contemplación de los abismos provocados por un amor no correspondido. Uno ha cantado todas las canciones atormentadas, se ha regodeado en los más enigmáticos y consoladores poemas, ha llorado a sus anchas acompañando el pesar ajeno sin olvidar jamás el propio.
UNA LUZ QUE CURABA
  • Era un hombre generoso y sabio, como sólo pueden serlo los pocos seres humanos que albergan en su corazón la diaria memoria de que no somos vivos eternos. Tal vez porque todos los días lidiaba con la muerte y sabía cómo nombrarla callándosela, sabía que semejante enamorada nos sorprende siempre con el desfalco de lo insólito, sabía como nadie consolar de ese desfalco, porque como nadie sabía que los muertos habitan el corazón de los vivos que no les niegan la entrada.
  • él creía que todos los males menores y mayores están regidos por las glorias y pesadumbres que aquejan el corazón.
  • Come lo que te haga feliz, habla de lo que te haga feliz, quiere a quien te haga feliz, corre si te hace feliz, no te muevas si eso te hace feliz, fuma si te da tranquilidad, no fumes si fumar te disgusta. No te quites la sal, ni el azúcar, ni el amor, ni la poesía, ni el mar, ni el colesterol, ni los sueños, y quiere a tus amigos y déjalos quererte, y no te opongas a tu destino porque esa enfermedad no la sé curar.
  • Tienes el mal de los desmesurados —dijo—. Se quita con la edad, por desgracia.
  • ahora sé que no hay peor pesadumbre que las lágrimas que se guardan, podridas y necias como la razón que nos las veda.
  • Si algo de horrible traen los años, es que se llevan a los amigos. Y no hay cómo llenar el agujero que nos deja su muerte.
  • Sé que estás aquí y eso me da incluso un modo distinto de caminar. Uno pierde el aplomo con tus ausencias. A veces no sólo el aplomo. Es un trabajo ingrato y generoso este que haces. Te bendigo siempre por seguir adelante con él. Hay que estar hecho de una madera cada vez más escasa y por lo mismo más entrañable para querer de modo tan intenso a quienes te piden ayuda. No pareces saberlo por eso me toca repetirte que estás bendito. Otra vez como cada vez, mil gracias
CIAO MARCELLO
  • ¿Qué puede haber en los periódicos de íntimo, de imprescindible?
  • Llorar a un actor como si fuera un pariente, es algo que no se permitiría ni la precoz adolescencia
¿USTED ES LA ESCRITORA?
  • Yo le respondí que todos los escritores somos vanidosos, ¿se puede uno imaginar mayor vanidad que la que se permite quien se atreve a dedicar su tiempo, su vida a contar una historia que lo apasiona movido sólo por el deseo de que apasione a otros? Por un deseo tan intenso que a ratos colinda con la certeza de que otros quieren oír nuestra historia.
  • El «proceso creativo» es azaroso, desordenado y por fortuna inasible.
VIVIR CON LUJO
  • Dijo Borges que no se puede contar la felicidad. Borges siempre dijo bien. A los otros les aburren las alegrías ajenas, a uno lo avergüenza permitirse la descripción minuciosa del cielo que lo trastocó. Peor aún, no sabe cómo reducir a palabras la ingenua dicha de caminar sobre la tierra en que nació con la boca abierta y las horas, el aire, el horizonte y la parentela como la más imprescindible compañía.
LAS OLAS: RITUAL Y DEMOCRACIA
  • En mis tiempos, mi madre hubiera dicho que eso era apenas lo debido y que ni una colección de dieces era para aplaudirse demasiado, porque estudiar es el deber de los niños y si para algo está uno en este mundo es para cumplir con su deber.
  • Las olas son como los problemas: a veces uno los libra saltando, a veces hay que hundirse en ellos y tomarlos por abajo para salir bien librado y, a veces, es imposible evitarse la revolcada.
  • No está mal para tener cuarenta y siete años, estar segura de que vale todo el oro del mundo ver el oro del sol hundirse en la tarde bajo el inmenso mar, ambicionar ya que alguien recuerde alguna vez mi fiebre de hoy con la misma fuerza con que yo atesoro la que vi en otros, y seguir dispuesta, empeñada, debo decir, en que me revuelquen las olas.
UNA CABEZA PARA JANE AUSTEN
  • Soy tantas y no siempre sé bien cuál soy.
  • los escritores son siempre más inteligentes, más cercanos y nobles por escrito que cuando el público les concede la palabra y los editores les piden que la ejerzan hablando por un lado y otro de cosas tan inexplicables y remotas como de qué se trata su libro.
DON DE OLVIDO
  • tal vez a la vida nos mueva más la capacidad de olvido que los recuerdos. Si uno lo recordara todo, mil veces el dolor nos impediría seguir adelante.
  • no es que yo pierda todos los recuerdos, es que recuerdo lo que a nadie le importa.
  • Los desmemoriados estamos concentrados en el olor, en los colores de la ropa, en un sonido, en el impulso de antipatía o apego repentino que algo nos provoca. Los desmemoriados estamos evocando una sensación, invocando otra o estremecidos hasta la idiocia por algo crucial que a muchos les resulta insignificante.
  • pienso que olvidar es un arte. Uno de los artes más necesarios y mal practicados que se conocen. Además, como tantos otros artes, olvidar es un arte que la humanidad toda practica muchas veces sin darse cuenta. Olvidamos. Para mal y para bien olvidamos.
  • Y si somos capaces de olvidar la muerte, de qué olvido no seremos capaces.
  • Olvidamos por eso el dolor y a quienes nos lo causaron. Perdonamos por eso. No por generosos sino por desmemoriados. Y hemos de bendecir el olvido como se bendice el pan de cada día.
  • Gracias al olvido volvemos a tropezamos con la misma piedra, y nos vuelve a doler y a gustar el camino.
  • Olvidamos también todo lo que querríamos ser porque sólo así le dejamos lugar a eso que somos, y cumplimos a medias con lo que a eso le debemos
  • Pero recordamos. A destiempo, porque ningún tiempo nos parece lógico para el dolor. Recordamos, y no hay mala memoria que nos ayude a distraer el espanto cuando nos cruza la existencia.
BOCA CERRADA
  • Me propongo, pensando en la política, no hablar sobre lo que no sé, no hablar sobre lo que creo que sé, no hablar sobre lo que imagino, no afirmar lo que otros me dijeron que imaginan o creen, no hablar sobre lo que dijo un editorialista, no citar a un columnista, no decir que le creo a ningún político, no decir que no le creo a ningún político, no preguntar cuánto gana la voz más radical de la reunión, no poner gesto justiciero cuando alguien vierte opiniones que comparto, no contradecir a quien esgrime a gritos una contundencia que me parece descabellada, no maldecir por lo bajo preguntándome qué hago en tal reunión, no contrariar a quien pregunta desafiante tras dos argumentos increíbles: ¿O no?
COMENTARIOS A LA GUERRA DIARIA
  • Crecen de prisa y sin memoria, como si el futuro los jalara con unos hilos de hierro, como si no vinieran de mí ni de su padre sino del sol y de las ansias de un enigma.
  • No es que yo crea como otros padres que la televisión los va a dejar tontos, porque en contra de semejante teoría tengo la certeza de que la televisión los ha ayudado a crecer sabiendo que hay más cosas bajo las estrellas de las que sueña su imaginación, y sé que crecer con esta certidumbre es ya estar en camino de vivir la vida con la cabeza en su lugar y el corazón en alerta. Sin embargo, creo que precisamente de semejante certidumbre derivan angustias que nosotros no padecimos y le exigen a su vida cosas que nosotros no éramos capaces de exigirnos a su edad: ¿Respeto a sus padres? Ellos se exigen saber quiénes son y qué quieren sus padres.  ¿Cumplir con la escuela? Ellos cumplen con la escuela sabiendo que no todo lo que sirve en la vida viene de la escuela y que la educación formal deja una enorme cantidad de agujeros sin respuesta.
ABRIR UNA VENTANA
  • La vida es una fiesta.
  • Medio coja, medio vieja, medio pobre, medio encerrada, y nada tonta, esa mujer considera que la vida es una fiesta, quiere decir lo obvio, que tiene la fiesta dentro y que se busca las razones para tenerla. ¿Qué cantidad de trabajo y talento habrá que dedicarle a este empeño?
  • el tiempo, ese enemigo de los buenos ratos, se deja perder sin más.
  • Ni quien nos oiga, ni quienes hagamos el ruido necesario para ser oídos.
LOS OJOS DE PEDRO INFANTE
  • Se dividió en las mismas tres partes en que se divide esta sociedad dispuesta a creerlo todo de tanto no poder creer en nada.
PATRIA DE LA INFANCIA
  • —Lo mismo sucede con los amores —decía—. Hay que olerlos bien antes de probarlos.
  • son asunto de fe. Se creen o no. Creerlos es un don, un privilegio de elegidos.
  • Perdimos la costumbre de encaramarnos a los árboles, pero el viento de la noche todavía cobija nuestras largas conversaciones, porque así como se pierden las habilidades, con el tiempo se intensifican los aprietos que uno conjura conversando hasta que oscurece.
MÁS ALLÁ DE LA PALMA DE MI MANO
  • mi cabeza era un abismo de confusiones apta según las pruebas vocacionales para muchas cosas y según las pruebas diarias para ninguna en claro.
  • Dio para crear villanos y para reconstruir héroes y dio gente empeñada en pensar la verdad como una mezcla de verdades, el acuerdo como una consecuencia del respeto, la tolerancia como una virtud, la duda como la más ardua y sensata de las virtudes. Dio para cumplir los sueños que nunca soñamos y para sembrar los que aún no cumplimos.
EL MUNDO ILUMINADO
  • A veces, la vida nos reta con el fin de saber si tendremos la fortaleza necesaria para recibir su generosidad con sencillez. A mí me cuesta siempre más trabajo entender la sorpresa de una dicha que la justicia inmanente de las penas. Me enseñaron que se necesita valor para enfrentar la desgracia y que es virtud ponerle buena cara al mal tiempo. En cambio, no hay receta para aceptar las grandes alegrías.
  • Considero un privilegio el oficio de escribir como lo hicieron tantas mujeres y tantos hombres a quienes sólo rigió el deseo de contar una historia para consolar o hacer felices a quienes se reconocen en ella. De contar una historia para desentrañar y bendecir la complejidad de lo que parece fácil, la importancia de lo que se supone que no importa, de lo que no registran ni los periódicos ni los libros de economía, de lo que no explican los sociólogos, no curan los médicos, ni aparece como un peldaño en nuestro currículum de la hazaña diaria que es sobrevivir al desamor, al momento en que nos sentimos más amados que ningún otro, a la maravilla de andar como vivos eternos aun cuando la muerte golpea a nuestra puerta, al delirio de quienes nos abandonan y al delirio con que abandonamos, a la decisión que más duele y menos se pregona, a la vejez y a la adolescencia, al mar y a los atardeceres, a la luna inclemente y al sol tibio. 
GLOBO EN TIERRA
  • Bajo la lluvia, con el fuego como un juguete azaroso y efímero vi la felicidad como algo inevitable, casi como un deber y de seguro como un derecho.
  • Saber que en el mundo hay infamia, desdicha, no nos releva de la obligación cotidiana de intentar que sea mejor.
  • Lo que no podemos olvidar y es nuestro deber comunicarles es que cuando decidimos compartir con ellos la existencia estábamos aceptando uno que la vida es un tesoro que vale la pena y el júbilo, dos que el mundo, por más lleno de afrentas y pesares que lo encontremos, merece el diario afán de quienes creen que tiene remedio.