Título original: Thirteen reasons why
Año de publicación: 2007
País de publicación: EE.UU.
Tipo: entrega única
Género: Drama
Narrador: Protagonista
Autor: Jay Asher
Historia aburrida de cómo llegué a leer el libro (saltar al siguiente subtítulo si sólo quieres la opinión):
Vale... esto no es una reseña tanto como una opinión al terminar de leer el libro.Antes de que se volviera furor como serie de Netflix, supe de esta historia porque youtube me recomendó un trailer fanmade en el que salían Selena Gomez y Dylan O'brian. La historia me pareció interesante, pero la verdad es que no le presté mucha atención. Lo dejé pasar y ya.
Luego se vino la serie y la puse en mi lista de pendientes de Netflix, apartándola para cuando tuviera tiempo de verla con compañía. Pero a la semana, todo el mundo hablaba de ella, incluso mis la mayoría de mis alumnos parecían saberlo todo de la serie.
Mis hermanos me contaron el general y se me evaporaron las ganas de verla.
Y luego hablé con mis amigos y uno de ellos, que ha querido suicidarse antes, aseguró que amaba la serie, que era muy buena, mi otra amiga sólo dijo que era buena, pero no para tanto, puesto que ella había leído ya el libro y le había disgustado que perdieran el mensaje principal en la serie.
Pues nada, que me decidí a intentarlo de nuevo, pero comenzando por el libro.
Argumento
La historia nos cuenta como Clay Jensen recibe siete cassettes en un paquete sin remitente, una tarde después de la escuela.Comienza a escucharlos y resultan ser de Hannah Baker, una chica de su escuela que se suicidó dos semanas atrás y que, a través de estas cintas, pretende contarle a las doce personas que estuvieron involucradas en las trece razones por las que se suicidó, las historias que se relacionan con su descenso.
Las reglas son simples: cada uno deberá escuchar las cintas completas y luego mandar el paquete a la siguiente persona. Si alguno de ellos decide no enviarlas, Hannah advierte que una segunda copia de las cintas serán compartidas públicamente, lo que llevará a algunos de ellos a la vergüenza, perder su trabajo o inclusive a la cárcel.
Opinión
La verdad es que el libro me ha gustado. Es fácil de leer, ameno y te mantiene con esa intriga de querer saber quién es el siguiente y porqué lo ha colocado en esas cintas. Creo que de muchas maneras describe lo que yo siempre he entendido por una persona suicida: si bien, a través de los comentarios de Clay y las historias de Hannah, nos podemos hacer una idea de que ella presentó varias señales de suicidio, la verdad es que también nos presenta esta decisión como algo consciente. Hannah fue víctima de muchas cosas que la orillaron a tomar una decisión absurda y culpar a otros.
La verdad es que desde la perspectiva de las historias que se nos cuentan, se podría decir que Hannah guió y eligió su camino, pasando por alto cosas que la habrían podido "salvar". En palabras de Clay, ella se alejó sabiendo que si se dejaba alcanzar, cambiaría de opinión. Concuerdo en eso.
Si bien, puedes ver que Hannah sufrió de rumores que mancharon su reputación y todos los problemas que eso le trajo, puedes ver claramente a través de los detalles de su historia que en realidad nunca fue marginada, hubo muchos que la trataron bien, que incluso intentaron ayudarla.
Pero ella cerró las puertas.
Cerró las puertas porque ya había tomado su decisión mucho tiempo atrás, incluso antes de que pasaran la mayoría de las cosas que cuenta en las cintas, todo lo demás, sencillamente lo empezó a acumular como una bola de nieve para tener buenas excusas.
Si bien, podemos deducir que lo que nos cuenta no es lo único que la afectó, hay que tener en cuenta que también en sus omisiones rechazó acudir a la gente que la aceptaba, la que la rodeaba e incluso, más importante aún, la que ella sabía que la quería. Lo hizo porque, de nuevo cito a Clay, ella ya había tomado su decisión.
Hablando con mi amiga, recuerdo que ella mencionó cómo en la serie se trataba de "enternecer al televidente", hacerlo compadecerse por el personaje, mientras que el libro nos mostraba a Hannah como una "perra". No he visto la serie así que me saltaré al libro. No creo que ella fuese una "perra", creo que la historia nos plantea a una chica con problemas que, como ella misma lo admite, "está más propensa a pensar en esas cosas" (suicidio).
La verdad es que Hannah se suicidó porque así lo quiso, se hizo con razones y se deshizo de las opciones. No es una perra, pero es bastante humana. Tal cual, sencillamente una chica egoísta, egocéntrica y conformista a la que se le ocurrió que la muerte sería no sólo más fácil, sino una excelente venganza contra aquellos a los que seleccionó.
PERO LO MÁS IMPORTANTE: creo que de muchas maneras, el libro trata esencialmente eso que Hannah nos menciona varias veces... el cómo nuestras acciones afectan a los que nos rodean, incluso aquellas que parecen mínimas e inofensivas. Nos lleva a sopesar en serio que lo que hacemos puede tener consecuencias graves y que a veces es importante salirnos de nosotros mismos para fijarnos en los demás, en lo que nos dicen con su comportamiento y con sus reacciones.
Nos alerta a no ser indiferentes y a ayudar y actuar cuando aún podemos y creo que eso es lo mejor del libro.
Sobre los cassettes: me llamó mucho la atención que criticaran el medio por el que Hannah mandó los audios (cassettes). Recuerdo que mis amigos señalaron que era porque el libro era viejo, pero les había molestado que en la serie no adaptaran ese detalle y al leer el libro esto me ha molestado mucho como la obsesiva persona que soy, así que lo tengo que soltar en alguna parte.
El libro se publicó en el 2007, pero el autor mencionó que lo había escrito diez años atrás, cosa que en realidad no se nota del todo en la narrativa porque, aunque no menciona las redes sociales (lo que veo como el principal problema para considerar actual a la historia), sí que mencionan los celulares.
Pero mi problema son las personas que se quejan de los cassettes: si bien, no se hace mención específica al tiempo, podemos deducir que la historia está situada en alguna parte al principio de la primera década del siglo veintiuno. Hay celulares, por lo que seguro que ya hay CD's, incluso si no hay mp3.
Pero el uso de los cassettes se nos menciona con una excusa bastante lógica *SPOILER* y surge con
Tony.
Tony.
Clay menciona que Tony tenía cassettes porque de esa manera, cuando invitaba a alguien, tenían que conformarse con lo que él quisiera escuchar, puesto que siempre sacaba la carta de la incompatibilidad de los formatos, cosa que aplicaría tanto a los CD's como a los dispositivos electrónicos más avanzados y, considerando que fue Tony quien le proporcionó el material a Hannah para hacer sus lindas cintas... pues, siento que lo demás va encajando bien.
Meterse en asuntos de redes sociales habría dado un toque más contemporáneo al asunto, pero creo que de muchas maneras el mensaje del libro fue bien enviado y para el que ha puesto atención, ha sido bien recibido.
Mi rant en contra del suicidio
Solamente conozco a dos personas que han intentado suicidarse y sinceramente me molestan muchísimo. Estoy consciente de que muchas veces, la depresión química te puede llevar a pensar en muchas cosas, pero la psicológica, por lo menos en los dos casos que conozco, me parece patética. En esos casos, me parece que hay que ser muy egocéntrico, egoísta y absurdo para pensar en el suicidio.
Trabajo con adolescentes, la edad más propensa al suicidio. En mis años de trabajo, bien o mal, nunca me ha tocado un de esos casos, el inicio, quizás, en el cutting. Pero hasta ahora, el suicidio ha pasado como un mito en mis aulas y mis más de cuatro mil alumnos.
Hace poco, alguien me dio una razón, que no he comprobado, que no he investigado, pero sinceramente la considero muy válida simplemente por experiencia propia.
El año pasado, a una de las escuelas en las que trabajo, llegaron unos muchachos universitarios, todos pertenecientes a una iglesia católica coreana de Los Ángeles o San Diego (no lo recuerdo) para hacer una actividad de beneficencia llamada "English Camp", en la que hacían diversas actividades con comunidades de bajos recursos para acercar a los niños y adolescentes al idioma inglés.
El punto es que uno de los encargados, un adulto, nos comentó cómo había surgido el programa: los índices de suicidio en los adolescentes asiáticos aumentaban, al explorar la razón, se dieron cuenta de que las nuevas generaciones crecían tan privilegiadas que cuando se les presentaba cualquier problema, pensaban que era el fin del mundo y bye.
Por eso había surgido el programa, para acercar a estos chicos privilegiados a otros que no lo eran, para que vieran lo que era realmente el mundo fuera de su zona de confort.
Probablemente esté mal, pero yo creo firmemente en esa vertiente. He tenido alumnos que han sufrido enfermedades terminales, violaciones (por ajenos, por amigos de la familia e incluso por su propia familia), que padecen violencia intrafamiliar, abandono total, pobreza extrema... chicos que pertenecen a familias que a veces no tienen ni para comer un plato de frijol o comprar agua. Que viven en casas sin servicios básicos, que tienen que trabajar desde pequeños para llevar mínimo tortillas con sal a su casa y ayudar a sus padres a mantener a familias numerosas en las que, la mayoría de las veces, un hijo es un número más y ya está.
¿Sabes cuántos de esos chicos se han suicidado? Ninguno. Cuando me hablan de sus problemas sufren, pero los que si acaso hablan del suicidio, en silencio, en confesiones de autobiografía (el último proyecto de la secundaria) tratan el tema como una idea que luego juzgan absurda... ¿por qué? Porque saben que la vida es cruel, no sólo para ellos, para todos los que nos animamos a vivirla. Saben que además de la crueldad, hay también cosas buenas, y están conscientes de que todos los problemas se pueden superar.
Me caga ver a personas que han intentado suicidarse porque los molestan en la escuela. Me caga escuchar que el desamor puede ser una causa de depresión... ¿hablan en serio? Salgan de su estúpida zona rosita y vean los problemas de verdad en el mundo.
Y no. No estoy diciendo que sus problemas no importen, pero en serio... hay que ser objetivos con uno mismo y dejar de lado el victimismo.
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