Ayer en la mañana, leí que Jonghyun, miembro de la popular banda coreana Shinee, había fallecido.
La verdad es que al principio pensé que era una "broma" o ese tipo de estupideces, como cuando se inventan chismes porque no saben cómo vender noticias reales... el punto es que no fue una broma.
Desde entonces he tenido esta sensación aplastante en el pecho, es una tristeza por la que en cierta manera me siento culpable, pues no creo que sea mi lugar lamentar una pérdida tan grande, por el simple hecho de que no le conocía y no es que fuese su fan. Por supuesto que algunas de sus canciones se han repetido incontables ocasiones en mi reproductor, por supuesto que mientras las escuchaba me maravillaba de su talento, pero sigo preguntándome si tengo derecho a "tristear". ¿Debería hacerme a un lado y sólo compadecerme de la tristeza real y abrumadora que deben estar sintiendo su familia, amigos y seguidores?
Sin embargo, no me puedo deshacer de la sensación, y he terminado llorando en varias ocasiones... por eso he decidido escribir sobre lo que pienso y siento al respecto.
Una de las principales ideas que ha estado rondando por ahí, y que debo de confesar que también cruzó mi mente es lo imposible y absurdo que parece su suicidio: siendo realistas... el tipo era famoso, talentoso, rico y amado por cientos de miles de fans al rededor del mundo. ¿Qué más le faltaba? Supongo que ese es el punto.
A veces es fácil dejarse llevar por una sonrisa falsa y una apariencia glamorosa, la verdad es que nunca sabemos qué está pasando por la cabeza de las demás personas, mucho menos por la mente de alguien que ha sido entrenado desde tan tierna edad para poner una máscara agradable para el mundo.
Siempre he pensado que es fácil sentirse solo cuando te rodeas de tanta gente. Ni siquiera puedo llegar a imaginar lo mucho que debía estar sufriendo para recurrir al suicidio. Lo solo que debía de haberse sentido.
Al leer su carta, cosa que me hizo sentir tremendamente culpable, algo que se me quedó muy grabado fue cómo se culpaba de todo a sí mismo, y como pedía que al final sólo le dijeran que lo había hecho bien... la psicología, por supuesto, no es lo mío, y no me gustaría comenzar a hacer teorías disparatadas sobre lo que estaba pensando o lo que estaba sintiendo o las razones que lo movían. No tengo derecho a hacerlo... no creo que nadie tenga derecho. Esos eran sus pensamientos, esos eran sus sentimientos , esas eran sus razones y él decidió llevárselos consigo. Dudo que lo que escribió en su carta englobe todo lo que sintió, pensó o quiso decir, pero es lo que nos dio y es lo que deberíamos respetar.
Sin embargo, una de las cosas que más me frustra es saber que hay muchos criticándolo, a él y a sus allegados.
Me duele, y es un dolor que comprendo que no tengo derecho a sentir, pero me duele mucho. Lamentaría enormemente que la gente dejara de hablar del asombroso cantante que era, de la maravillosa voz que poseía, del bailarín tan talentoso y fascinante en que se había convertido, de la excelente persona que demostró ser incluso al final. Odiaría con tanta amargura que se recordara sólo como "el idol que se suicidó"... porque si de algo estoy segura es de que fue y es, muchísimo más que sólo eso.
Donde quiera que esté, espero sinceramente que esté mejor, que el aburrimiento y la tristeza ya no le acompañen, que siga siendo amado y bien recibido. Que sepa que lo hizo bien en su vida, que muchos le están agradecidos y que muchos le extrañarán. Espero que haya conseguido lo que deseaba. Espero que sea feliz.
Lo deseo para todos los que, como él, no han encontrado una mejor salida.
Rezo por sus almas.
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