Sueño con que alguien me ame como soy, pero la verdad es que cada vez que me veo al espejo, sólo veo un horrible cuerpo, un feo rostro y si miro directo a mis ojos, descubro una personalidad plana, sin talentos.
Si me detengo a pensarlo, sé que no soy bonita, sensual, elegante, inteligente, graciosa ni carismática. No tengo ninguna virtud o cualidad, así que, en el fondo, sé que no hay nada en mí que se pueda amar.
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