miércoles, 26 de julio de 2017
Confesiones 26
De pequeña decidí que quería ser médico. Viví mi vida decidida a ser médico.
Cuando estaba por entrar a la universidad me dio un miedo tan aberrante que supe que no podría hacerlo, sí que me decidí por ser maestra de literatura... sencillamente porque se me daba dar asesorías y porque soy adicta a leer.
Tuve mucho miedo de no pasar. Incluso cuando me dieron el resultado, sabiendo que me faltaban como quince puntos de los ochocientos que contaba el examen. Estaba tan segura de que no era suficiente...
Pero quedé.
La primera vez que hablé con el psicólogo de la escuela, me preguntó qué estaba haciendo ahí. Me dijo que con mi puntaje podría entrar a la carrera que quisiera, que era una tonta por haber elegido pedagogía, donde quedabas con 250 puntos, cuando tenía más de 750.
Me hizo sentir absurda, tonta, fuera de lugar. No puedo olvidarlo.
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